viernes, 15 de junio de 2018

La forja de "La Cruz de los Caídos" de Teruel



        Matías Abad, después de una larga enfermedad muere en el mes de marzo de 1923 pero sus talleres no se cerrarán ya que su obra será continuada por su hijo Epifanio que aparte de la herencia y de la tradición familiar de la forja del hierro y de las corrientes del modernismo, tenía formación académica recibida en la Universidad Industrial de Barcelona donde había cursado estudios durante varios años.
     El comienzo de la Guerra Civil truncará la vida de Epifanio., fue uno los componentes civiles que se integraron en la llamada "Guerrilla de Virgilio Aguado", el comandante que se levantó contra el Gobierno legítimo de la II República en 1936 y que asumió el poder en Teruel, junto otros turolenses. Cuando a principios de enero de 1938 las tropas republicanas entraron en la ciudad de Teruel y la ocuparon, Epifanio Abad fuese detenido y posteriormente "fusilado" el día 8 "debajo del Viaducto" según se recoge en la documentación de la Causa General.  La muerte de Epifanio acabó con otro gran artista de la forja en Teruel, pero no supuso el final de los talleres El Vulcano, sino que después de la Guerra Civil, unos familiares (Andrés Sánchez) y otro herrero, Javier Escriche, continuaron con la labor iniciada por los Abad.
     Las ruinas del seminario de Teruel se convierten en el monumento a la batalla de Teruel y se propuso una cruz de los caídos que cuando se realizó la reconstrucción por “Regiones Devastadas” sirvió para confirmar su labor reconstructora y la simbología del franquismo.


Proyecto y acabado original


         Cuando se reconstruye el nuevo seminario se cambia el emplazamiento de la cruz ocupando el sitio que está actualmente siendo la primera de obra y la segunda de hierro forjado proyectada en el 1947 y construida por los talleres de Epifanio Abad donde trabajan familiares de este como son el herrero Andrés Sánchez y Javier Escriche.
        Es peculiar cuando observamos la técnica constructiva del monumento de hierro que las vallas bajas y los pedestales de los farolillos están realizadas todas las uniones con el sistema de remachado y sin embargo lo que es la cruz está unida toda su estructura por medio de soldadura, aunque hoy en día faltan bastantes piezas decorativas de su estructura. La cruz tiene una altura de 5 metros y un pedestal octogonal de 1.70 mts. Flanqueada por cuatro farolas de forja de las que solo quedan los pedestales.
        En el año 1953 terminada la plaza en su conjunto se inauguró toda la plaza del seminario con una visita de Franco a Teruel.


Estado actual


Tratamientos térmicos en los aceros


lunes, 11 de junio de 2018

El maestro del fuego Adolfo Jarreta


          
        Este sábado día 9 de junio, a partir de las 18.30 horas, se inauguró “Adolfo Jarreta Cuartero. Maestro del fuego”, una exposición sobre el legado del que fuera uno de los artistas de la forja más laureados y prolíficos del siglo XX en Aragón y en nuestro país. Adolfo Jarreta Cuartero, natural de una pequeña localidad zaragozana, Pozuelo de Aragón, llegó a Albarracín en 1958 para cubrir la vacante de herrero, y aquí desarrolló toda su obra y consolidó su trayectoria, participando en numerosas exposiciones de artesanía de las que obtuvo destacados reconocimientos, incluido un Premio Nacional – Medalla de Oro en 1971. 
       La selección de obras en forja de la colección de más de un centenar de piezas artísticas realizadas a lo largo de la vida de Adolfo Jarreta, a través de las cuales se puede conocer su vinculación con la tradición, la naturaleza y la temática religiosa. La muestra se irá renovando para, en tres fases, mostrar la mayor parte de las piezas de las que consta la colección, atendiendo a: figura humana; animales, mitología y objetos.
      Allí estuvimos en la inauguración un grupo de artesanos, artistas o forjadores acompañando a Hector, nieto de Jarreta que nos une la pasión por las cosas bien hechas y concretamente todo lo que rodea a la forja del hierro, algo que parece que se pierde y cuesta tanto aprender y difícil de transmitir.


       Fue Carmen Martínez , comisaria de esta muestra, quien dijo que sus habilidades las adquirió de forma autodidacta. Su marca y la pasión por su trabajo no deben obviarse a la hora de interpretar y valorar su producción artística, ante la que es difícil mantenerse impasible. En esta exposición se pone en valor su modernidad y cómo, desde su taller, contribuyó al arte de forjar el hierro sin una funcionalidad técnica explícita.
        Aunque en un paseo por la calles y casas de Albarracín, podemos disfrutar hoy de muchos de los trabajos y encargos que Jarreta realizó por su tradicional labor, y sabemos que su arte también viajó a otras provincias y otros países del mundo, la selección de las piezas que podemos ver ahora en el museo, forman parte de una colección que supera el centenar de obras de las que nunca se separó a lo largo de su vida, y que gracias a la conservación de su familia, nos permiten conocer su trayectoria y su vinculación con la tradición, la naturaleza y la temática religiosa. Siguiendo el esquema elaborado por su comisaria, esta primera parte enfatiza en la figura humana de la colección, para atender, más adelante, otros temas como los animales, bestiario, mitología y los objetos, dado que su obra pasa a ser gestionada por la Fundación, al ser cedida por su familia responsable.
      La exposición se podrá visitar en el Museo de Albarracín, del 9 de junio al 31 de diciembre de 2018.