martes, 24 de julio de 2018

José Azul, el artista de Burbáguena

      
         El turolense José Azul es artista del hierro y escultor, sobre todo, capaz de transformar todo tipo de materiales en fantasías animadas, nació y vivió en Burbáguena y ha vivido también en Zaragoza y en Huesca donde tuvo la oportunidad de conocer un taller de forja artístico en Poleñino, un pequeño  pueblo de Huesca.
       Hoy en día, José está satisfecho de hacer su vida en este rincón bañado por el Jiloca. Tiene su taller, su obra repartida por todo el pueblo y localidades cercanas, y hace actividades didácticas para los chavales, desde las distintas técnicas de escultura hasta explicar para qué sirve un yunque, o una fragua, o las herramientas del herrero.

        Trabaja el hierro, recuperando herramientas antiguas para crear criaturas imaginarias, aunque en sus obras combina también otros materiales: la piedra, la chapa, la madera, el hueso, etc, y diversos materiales de desecho. Desde muy pronto se dio cuenta que montones de herramientas del campo estaban basadas en diseños del mundo animal, y siempre ha dicho que en las herramientas hay un animal escondido y es cuestión de sacarlo.
  

Cola de ballena en el Hotel "Molino Viejo"


         La lista de las esculturas metálicas de Azul esparcidas por Aragón es larga: una araña gigante en Útero, un tractor-hormiga en Sádaba, un proyecto sobre el dichero de San Roque (el que suelta los dichos en la procesión) en Calamocha, libélulas en Luco de Jiloca, en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza también tiene un pez de cinco metros de largo. En el pueblo tiene animalicos de hierro en un montón de paredes. 
        El artista expone sus obras este verano en la ermita de Luco concretamente en la ermita de Santa Bárbara, la muestra no cuenta con horarios de apertura, sino que se trata de una exhibición cuyas visitas funcionan bajo demanda al propio autor con llamadas a su teléfono móvil.



domingo, 1 de julio de 2018

Soldadura MAG Tubería Posición 2G


viernes, 15 de junio de 2018

La forja de "La Cruz de los Caídos" de Teruel



        Matías Abad, después de una larga enfermedad muere en el mes de marzo de 1923 pero sus talleres no se cerrarán ya que su obra será continuada por su hijo Epifanio que aparte de la herencia y de la tradición familiar de la forja del hierro y de las corrientes del modernismo, tenía formación académica recibida en la Universidad Industrial de Barcelona donde había cursado estudios durante varios años.
     El comienzo de la Guerra Civil truncará la vida de Epifanio., fue uno los componentes civiles que se integraron en la llamada "Guerrilla de Virgilio Aguado", el comandante que se levantó contra el Gobierno legítimo de la II República en 1936 y que asumió el poder en Teruel, junto otros turolenses. Cuando a principios de enero de 1938 las tropas republicanas entraron en la ciudad de Teruel y la ocuparon, Epifanio Abad fuese detenido y posteriormente "fusilado" el día 8 "debajo del Viaducto" según se recoge en la documentación de la Causa General.  La muerte de Epifanio acabó con otro gran artista de la forja en Teruel, pero no supuso el final de los talleres El Vulcano, sino que después de la Guerra Civil, unos familiares (Andrés Sánchez) y otro herrero, Javier Escriche, continuaron con la labor iniciada por los Abad.
     Las ruinas del seminario de Teruel se convierten en el monumento a la batalla de Teruel y se propuso una cruz de los caídos que cuando se realizó la reconstrucción por “Regiones Devastadas” sirvió para confirmar su labor reconstructora y la simbología del franquismo.


Proyecto y acabado original


         Cuando se reconstruye el nuevo seminario se cambia el emplazamiento de la cruz ocupando el sitio que está actualmente siendo la primera de obra y la segunda de hierro forjado proyectada en el 1947 y construida por los talleres de Epifanio Abad donde trabajan familiares de este como son el herrero Andrés Sánchez y Javier Escriche.
        Es peculiar cuando observamos la técnica constructiva del monumento de hierro que las vallas bajas y los pedestales de los farolillos están realizadas todas las uniones con el sistema de remachado y sin embargo lo que es la cruz está unida toda su estructura por medio de soldadura, aunque hoy en día faltan bastantes piezas decorativas de su estructura. La cruz tiene una altura de 5 metros y un pedestal octogonal de 1.70 mts. Flanqueada por cuatro farolas de forja de las que solo quedan los pedestales.
        En el año 1953 terminada la plaza en su conjunto se inauguró toda la plaza del seminario con una visita de Franco a Teruel.


Estado actual


Tratamientos térmicos en los aceros


lunes, 11 de junio de 2018

El maestro del fuego Adolfo Jarreta


          
        Este sábado día 9 de junio, a partir de las 18.30 horas, se inauguró “Adolfo Jarreta Cuartero. Maestro del fuego”, una exposición sobre el legado del que fuera uno de los artistas de la forja más laureados y prolíficos del siglo XX en Aragón y en nuestro país. Adolfo Jarreta Cuartero, natural de una pequeña localidad zaragozana, Pozuelo de Aragón, llegó a Albarracín en 1958 para cubrir la vacante de herrero, y aquí desarrolló toda su obra y consolidó su trayectoria, participando en numerosas exposiciones de artesanía de las que obtuvo destacados reconocimientos, incluido un Premio Nacional – Medalla de Oro en 1971. 
       La selección de obras en forja de la colección de más de un centenar de piezas artísticas realizadas a lo largo de la vida de Adolfo Jarreta, a través de las cuales se puede conocer su vinculación con la tradición, la naturaleza y la temática religiosa. La muestra se irá renovando para, en tres fases, mostrar la mayor parte de las piezas de las que consta la colección, atendiendo a: figura humana; animales, mitología y objetos.
      Allí estuvimos en la inauguración un grupo de artesanos, artistas o forjadores acompañando a Hector, nieto de Jarreta que nos une la pasión por las cosas bien hechas y concretamente todo lo que rodea a la forja del hierro, algo que parece que se pierde y cuesta tanto aprender y difícil de transmitir.


       Fue Carmen Martínez , comisaria de esta muestra, quien dijo que sus habilidades las adquirió de forma autodidacta. Su marca y la pasión por su trabajo no deben obviarse a la hora de interpretar y valorar su producción artística, ante la que es difícil mantenerse impasible. En esta exposición se pone en valor su modernidad y cómo, desde su taller, contribuyó al arte de forjar el hierro sin una funcionalidad técnica explícita.
        Aunque en un paseo por la calles y casas de Albarracín, podemos disfrutar hoy de muchos de los trabajos y encargos que Jarreta realizó por su tradicional labor, y sabemos que su arte también viajó a otras provincias y otros países del mundo, la selección de las piezas que podemos ver ahora en el museo, forman parte de una colección que supera el centenar de obras de las que nunca se separó a lo largo de su vida, y que gracias a la conservación de su familia, nos permiten conocer su trayectoria y su vinculación con la tradición, la naturaleza y la temática religiosa. Siguiendo el esquema elaborado por su comisaria, esta primera parte enfatiza en la figura humana de la colección, para atender, más adelante, otros temas como los animales, bestiario, mitología y los objetos, dado que su obra pasa a ser gestionada por la Fundación, al ser cedida por su familia responsable.
      La exposición se podrá visitar en el Museo de Albarracín, del 9 de junio al 31 de diciembre de 2018.



martes, 29 de mayo de 2018

domingo, 20 de mayo de 2018

Los tratamientos térmicos del acero


La utilización de tratamientos térmicos permite lograr las más diversas características del acero y sus aleaciones, así como de otros muchos metales.
Los procedimientos en los tratamientos térmicos son muy numerosos y variados según el fin que se pretende conseguir. La gran cantidad de tratamientos térmicos, las distintas aleaciones y sus reacciones y las diferentes exigencias técnicas requieren soluciones y conocimientos profundos de la materia. El tratamiento térmico pretende endurecer o ablandar, eliminar las consecuencias de un mecanizado, modificar la estructura cristalina o modificar total o parcialmente las características mecánicas del material. Existen varios tipos de tratamientos según el resultado o el fin que queramos conseguir.



Temple
El temple consiste en calentar el acero a una temperatura determinada por encima de su punto de transformación para lograr una estructura cristalina, seguido de un enfriamiento rápido con una velocidad superior a la crítica, que depende de la composición del acero, para lograr una estructura austenítica o martensítica , que proporcionan a los aceros una dureza elevada.
Para conseguir un enfriamiento rápido se introduce el acero en agua, aceite, sales o bien se efectúa el enfriamiento con aire o gases. La velocidad de enfriamiento depende de las características de los aceros y de los resultados que se pretenden obtener.

Revenido
Es un tratamiento complementario al temple, a continuación del temple se efectúa un tratamiento, denominado revenido. Si un acero se templa correctamente, alcanza su máxima dureza, que depende en primer lugar de su contenido en carbono, pero el acero en este estado es muy frágil y en consecuencia debe ser revenido a una temperatura entre 150 ºC y 450ºC.
En estos casos el acero templado pierde parte de la dureza conseguida, pero se aumenta la resistencia y la elasticidad. Variando la temperatura y la duración del revenido se influye sobre el resultado final en lo referente a dureza y resistencia del acero.

Recocido
El recocido pretende conseguir lo contrario que el temple, es decir un ablandamiento del material que se consigue al poner en equilibrio la estructura cristalina que se había deformado por el frío, por tratamientos térmicos o por la mecanización de la pieza. Este tratamiento se consigue con una fase de calentamiento como la del temple pero dejando enfriar lentamente al natural o incluso sobre horno o cenizas.

 Cementación
La difusión de carbono sobre la superficie se denomina cementación. Este procedimiento consiste en el calentamiento de las piezas a una temperatura de aproximadamente 900 ºC en un medio en el que el carbono penetre en la superficie del acero en función del tiempo. Se puede efectuar este procedimiento con medios sólidos (carbón de madera con aditivos, baño de sales con cianuros), o con medios gaseosos CO, H2, N2, . La utilización de medios gaseosos es la más utilizada ya que permite un control de la profundidad del tratamiento.
Después de la cementación se efectúa un enfriamiento rápido para alcanzar la dureza superficial necesaria de forma que los aceros con bajo contenido en carbono, alcancen una superficie dura con un núcleo dúctil que proporcione a las piezas su máxima resistencia.

Nitruración
La adición de nitrógeno a la superficie se denomina nitruración, dicho procedimiento consiste en el enriquecimiento de la superficie manteniendo el acero (de aleación especial con cromo, vanadio, aluminio), a una temperatura de aproximadamente 550 ºC, sea en baño de sales o en una atmósfera de amoniaco durante un tiempo determinado. Sin más tratamientos se alcanza de ésta manera una dureza superficial extremadamente alta con un mínimo de deformaciones, debido a la baja temperatura del tratamiento.

Carbonitruración
La difusión de carbono y nitrógeno se denomina carbonitruración, tratamiento térmico muy frecuente debido a sus numerosas ventajas. Dicho tratamiento se realiza en las mismas condiciones que la cementación ya sea en baño de sales de una composición determinada o en atmósfera gaseosa con adición de nitrógeno por medio de la disociación de amoniaco.

Normalizado
El normalizado es un recocido que se efectúa para proporcionar una buena y fácil mecanización de las piezas, lo cual depende de su estructura cristalina. El normalizado se efectúa antes del temple, ya que el resultado de éste depende del estado inicial de la estructura de las mismas. También se realizan recocidos para la eliminación de tensiones a temperaturas inferiores al punto de transformación.