lunes, 26 de enero de 2015

Cómo taladrar correctamente el metal


   Hablaremos de taladrar metales a nivel de bricolaje y es posiblemente, la modalidad más comprometida de la perforación: la mayoría de las brocas que partiremos en nuestras tareas de bricolaje serán las de metal. Sin embargo, observando unas sencillas precauciones podremos hacer esta labor con plenas garantías.
      Deberemos usar brocas de acero rápido para corte de metales asegurándonos de que están en buen uso, bien porque son nuevas o bien porque están bien afiladas, el taladrar con una broca en mal uso vamos que no saque viruta, se nos queme y no hagamos el taladro, aparte podemos dejar restos de acero de la broca en mal uso y nos dificulte el paso de la siguiente broca nueva.

      Además de estar en buen uso deberemos hacer un uso correcto llevando velocidades inversamente proporcionales al diámetro y usar taladrina en la perforación de taladros profundos para refrigerar la broca, por supuesto es recomendable marcar los agujeros con un granetazo antes de empezar.
     
Brocas para metales

              La sujeción de piezas metálicas tiene una característica singular: al revés que en techos, paredes, suelos y maderas, las fijaciones casi nunca trabajan por expansión dentro del metal. Los perfiles, barras y tubos son afirmados mediante opresión de tuercas y tornillos por uno de los extremos, o por ambos. Conviene por ello que los tornillos pasen con cierta holgura; el trabajo deben hacerlo las arandelas, bien presionadas por las tuercas pero sin excesos.
      Debemos evitar la tentación de agarrar las piezas pequeñas de metal con la mano mientras les hacemos un taladro. Esto es desaconsejable por dos motivos: por muy fuerte que apretemos, la sujeción manual será endeble ante las presiones de una máquina de rotación que tiene habitualmente más de 500 W; y además no conseguiremos mantener el taladro firme y derecho con una sola mano.

     La tarea ejecutada de esa forma indebida puede desembocar en pequeñas lesiones de muñeca por atasco súbito de la broca, al desviarse del eje; y también en la rotura de la broca, sobre todo cuando es de calibre fino. Para hacer un taladro correcto sujetaremos la pieza en el banco de trabajo con mordazas, de esa manera quedará absolutamente fija, y podremos concentrar la atención en manejar el taladro sin oscilaciones.

Cómo evitar las desviaciones

Debemos recordar que el metal es, por lo general, de mucha mayor dureza que la madera o el mortero, y difícilmente podremos corregir un taladro que se desvíe al comienzo. Es recomendable empezar marcando el emplazamiento exacto de la broca con un punzón. Para los taladros de gran diámetro, realizaremos un agujero previo, de menor diámetro, que guiará con precisión el paso de la broca definitiva. Si fuera necesario, podemos hacerlo en dos pasos, empezando por una broca de 6 mm y después la de 12mm por ejemplo.


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