viernes, 31 de octubre de 2014

OTEIZA EN EL MUSEO SALVADOR VICTORIA

     Una exposición de Jorge Oteiza, uno de los escultores más relevantes del siglo XX, radical y visionario, muestra el proceso de investigación experimental de este artista y su concepto del "ser estético" y del “arte para el hombre", a partir de hoy en el Museo Salvador Victoria.
    La exposición, titulada "Oteiza. El ser estético", ofrece 37 obras, 6 esculturas y 31 dibujos de siete "familias" relacionados con cada una de las piezas, fechadas todas en los años más fructíferos de este artista, entre 1950 y 1958.
Permite apreciar la evolución del proceso experimental de Oteiza, desde sus esculturas figurativas a la abstracción y la creación del vacío en sus cajas y esferas.
    Oteiza es un artista puente entre el periodo de las vanguardias y la generación de la posguerra, y alcanza su influencia en sectores artísticos, culturales y políticos. Se mantuvo distante y crítico con los reconocimientos oficiales, siempre manteniendo su particular posición iconoclasta en lo ideológico y político.
     Las creaciones escultóricas de Oteiza, en su mayoría diseños de formato reducido, han extendido su presencia en fechas recientes mediante la elaboración de réplicas a tamaño monumental, que han suscitado opiniones contrapuestas ya que algunos entendidos consideran que el cambio de escala altera la concepción del artista. 
      En 1992 donó su legado al pueblo de Navarra. Tras su muerte, en primavera de 2003, abrió sus puertas al público la Fundación Jorge Oteiza, en la localidad de Navarra de Alzuza, ocupando lo que fue su casa y taller.


      Las obras proceden de la Fundacion Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), que dirige Gregorio Díaz Ereño, y es fruto de la colaboración de ambas instituciones y de sus directores y la viuda del pintor Salvador Victoria Marie Claire Decay, para ofrecer la primera exposición del artista vasco en Teruel.
      Los dibujos y collages son bocetos y documentos con anotaciones y observaciones de Oteiza en su investigación estética sobre la luz y un lenguaje espacial nuevo, que luego tomarían forma como esculturas.
     El concepto de "ser estético" de Oteiza está presente con fuerza en esta exposición: "Quiero remitificar y sacralizar los espacios vacíos para que sirvan de trascendencia, de protección estética y religiosa del hombre, que se apoye en estos espacios trascendentes de naturaleza estética", escribió el escultor,
      La exposición comienza con una obra de 1950, "Figura para regreso de la muerte", de la que los dibujos muestran el vaciado de la figura humana, que Oteiza aplicó a una de sus obras emblemáticas, el friso de los apóstoles de la fachada de la Basílica de Arantzazu, en Oñate (Guipuzcoa), un proyecto del arquitecto Saenz de Oiza, en el que también colaboran artistas como Chillida, Lucio Muñoz y el propio Salvador Victoria
    Destaca en la exposición el bronce "Cabeza de Apóstol", de 1953, cuya instalación en el friso de la basílica tuvo que esperar hasta 1968, debido al rechazo de la Iglesia.


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