Nacido en Pozuelo de
Aragón en 1915 en una familia de agricultores, comenzaría a trabajar el hierro
desde muy joven, con tan solo doce años. Después de recorrer Aragón con su
arte, en 1958 llegaría a Albarracín y llevaría a cabo su labor de
herrero-forjador durante un cuarto de siglo en el pueblo. Cuentan que era de
carácter introvertido y que nunca le interesó la fama. De la lucha del hombre
con el hierro han salido todo un abanico de obras magistrales que denotan un
genio creador. La 134 piezas que se exponen en el Museo de la Forja, son una
muestra incomparable de una labor artística que late en un pequeño lugar de la
Calle Azagra, en el corazón de Albarracín, y de ahí se extiende por las calles
del pueblo para mayor belleza de este rincón de España imposible de olvidar.
Al ver la obra de Adolfo Jarreta, te das cuenta que ha
sido un hombre que ha hecho de su profesión un arte. Todos los pasos que
conlleva el arte de la forja han sacado a la luz figuras de gran fuerza y
proyección. Estirar, recalcar, dar relieves, soldaduras a la calda etc., todo
ello se culmina en las obras de Adolfo Jarreta. El acompasado martilleo suave
que concluye en otros impactos más fuertes cuando el rojo vivo del hierro es
blanco. El bórax con el que se cubre la pieza para resguardar al hierro del
oxígeno se escapa líquido entre la soldadura que se efectúa al unirse los
dos metales en estado puro. A la perfección realizó Adolfo Jarreta en muchas de
sus piezas la soldadura, ya que parece no existir y la obra semeja ser un todo.
En el calor de la fragua, Adolfo Jarreta fue, poco a poco,
dando forma al hierro tan abundante en la Sierra de Albarracín, para
crear gran parte de los elementos decorativos que podemos ver en la
arquitectura del pueblo. Pero, además de crear verdaderas obras de arte de
carácter utilitario; también dio forma a un gran número de obras artísticas que
hoy se pueden contemplar en el Museo de la Forja.
El trabajo del hierro ofrece todo un abanico de
posibilidades al maestro forjador Adolfo Jarreta que mas que artesano era un
artista destacando en su obra los crucifijos, objetos religiosos, custodias,
escultura de los joteros, esculturas de animales etc. Con relación a la
producción de elementos decorativos para la arquitectura, destaca la rejería.
Las veletas y los llamadores. Estos últimos van desde las argollas, hasta
lagartos y aldabas de diversas formas. Cerraduras y llaves, faroles, con
especial mención al arado, sin olvidar los útiles de cocina. Adolfo Jarreta fue
premiado por su obra, murió en el 1990 y nos dejó todo un legado de
artista un gran número de piezas originales que conmueven al que las
observa.
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