El turolense José Azul es artista del hierro y escultor, sobre todo,
capaz de transformar todo tipo de materiales en fantasías animadas, nació y vivió
en Burbáguena y ha vivido también en Zaragoza y en Huesca donde tuvo la
oportunidad de conocer un taller de forja artístico en Poleñino, un pequeño pueblo de Huesca.
Hoy en día, José está satisfecho de hacer su vida en este rincón bañado
por el Jiloca. Tiene su taller, su obra repartida por todo el pueblo y
localidades cercanas, y hace actividades didácticas para los
chavales, desde las distintas técnicas de escultura hasta explicar para
qué sirve un yunque, o una fragua, o las herramientas del herrero.
Trabaja el hierro, recuperando herramientas antiguas para crear
criaturas imaginarias, aunque en sus obras combina también otros materiales: la
piedra, la chapa, la madera, el hueso, etc, y diversos materiales de desecho. Desde
muy pronto se dio cuenta que montones de herramientas del campo estaban basadas
en diseños del mundo animal, y siempre ha dicho que en las herramientas hay un
animal escondido y es cuestión de sacarlo.
Cola de ballena en el Hotel "Molino Viejo" |
La lista de las
esculturas metálicas de Azul esparcidas por Aragón es larga: una araña gigante
en Útero, un tractor-hormiga en Sádaba, un proyecto sobre el dichero de San
Roque (el que suelta los dichos en la procesión) en Calamocha, libélulas en
Luco de Jiloca, en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza también tiene un
pez de cinco metros de largo. En el pueblo tiene animalicos de hierro en un
montón de paredes.
El artista expone sus obras este verano en la
ermita de Luco concretamente en la ermita de Santa Bárbara, la muestra no
cuenta con horarios de apertura, sino que se trata de una exhibición cuyas
visitas funcionan bajo demanda al propio autor con llamadas a su teléfono móvil.